19 diciembre 2020

Esperanto: El idioma fracasado

El nombre quiere significar “el que tiene esperanza” y, aunque sea esta lo último que se pierde, parece que está a punto de quedarse en nada.

Las banderas del esperanto



Se trata de un idioma internacional ideado para hacer posible la comunicación entre todos los pueblos de la tierra, por encima de diferencias culturales, sin privilegios para los hablantes de un idioma concreto. Se formó a partir de lenguas de grandes grupos latinos, eslavos y germánicos, y durante sus más de 130 años de existencia, el esperanto ha demostrado su capacidad para expresar todos los matices del pensamiento humano.

Fue creado en 1887 por el oftalmólogo polaco Lázaro Zamenhof, con la idea de que se convirtiera en un idioma común universal. El contexto histórico resultó favorable a su éxito momentáneo, gracias a la efervescencia del movimiento obrero, que lo adoptó como propio, y al temor provocado por el avance del nacionalismo en Europa. Incluso la Sociedad de Naciones se planteó abrazarlo como lengua oficial.

Sello conmemorativo del I Centenario
En un mundo cada vez más consciente de los derechos de las minorías y de la diversidad lingüística y cultural, parece que el esperanto está recibiendo una atención internacional renovada entre los líderes de opinión… al menos sobre el papel.

La UNESCO estableció relaciones oficiales con la Universala Esperanto-Asocio (UEA), e hizo un llamamiento a los estados miembros para promover la enseñanza del esperanto en las escuelas y su uso en los asuntos internacionales. La UEA mantiene un status consultivo con las Naciones Unidas, UNICEF, el Consejo de Europa, la OEA e ISO [1].

Estas y otras organizaciones presionan para que se introduzca la cuestión de un idioma internacional en el orden del día de las Naciones Unidas y de la Unión Europea. El Simposio Nitobe [2] de organizaciones multinacionales reunió, en julio de 2020, a un grupo de expertos en Reikiavik (Islandia) para examinar el estado actual del esperanto, e hizo un llamamiento para su inclusión en los debates que se llevan a cabo sobre políticas lingüísticas.

Libro de texto
La capacidad de comunicarse en esperanto se puede adquirir rápidamente, de manera que supone una introducción ideal al estudio de lenguas extranjeras. Al cabo de unas semanas, los estudiantes pueden empezar a emplearlo en la correspondencia y, a los pocos meses, en conversaciones en vivo [3].

Entre los hablantes de esperanto que han aparecido recientemente en los medios de comunicación se encuentran un premio Nobel de economía, una campeona mundial de ajedrez y un hijo del financiero húngaro George Soros. El programa Diálogos Indígenas, creado para apoyar los procesos de autodesarrollo de pueblos, comunidades y organizaciones indígenas de América Latina y El Caribe, utiliza el esperanto como medio de comunicación, evitando los antiguos idiomas coloniales. 

Entonces ¿a qué se debe su fracaso como idioma común internacional? Según los lingüistas, porque es imposible convencer a una comunidad para que se exprese en un idioma que no le apetece hablar. 

Con 20 000 a 100 000 hablantes, según fuentes, terminó convertido en un proyecto utópico y, como tal, fallido. ¡Lástima!


[1] UNESCO: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. UEA: Asociación Universal de Esperanto. UNICEF: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. OEA: Organización de Estados Americanos. ISO: Organización Internacional de Normalización. 
[2] Conferencia internacional organizada por la Associazione Nitobe per la Giustizia e Democrazia Lingüística, con sede en Italia. 
[3] Si para alcanzar un cierto nivel de inglés se requieren unas 1500 horas de estudio, para lograr el mismo nivel en esperanto no serían necesarias más de 150.

Fuentes: Ok Diario, UEA y Nitobe.
Imágenes: Ok Diario y Maldita Cultura.

3 comentarios:

Ramon Tejeiro dijo...

Tienes razón, Félix; es una gran lástima que no seamos capaces de adoptar una lengua comùn...lo que tendrìa, además, la feliz consecuencia de hacernos más paisanos unos de otros. Creo que era Borges quien decía "Mi patria es mi idioma"... y con un idioma común, la patria común es inmediata.

Antonio Bedmar Fernández dijo...

El dato ese de los 10 mil esperantistas se ha quedado anticuado y además es discutible. Es un dato de un estudio que se publicó en 1999. Como dice este enlace, internet está ayudando mucho a la difusión del esperanto. Sólo una página web, afirmaba tener a millones de inscritos en su curso de esperanto. Lo que sí es verdad es que es muy difícil medir el nivel de esperanto que tienen los esperantistas.
Animo a leer también la información que dan los comentarios.
https://okdiario.com/curiosidades/esperanto-que-fracaso-892548


El Esperanto no sólo es simple por su gramática. Es simple por su reducido vocabulario que pese a todo le da la potencia lingüística de casi cualquier otra lengua "normal". El inglés creo que tiene cerca de 1 millón de palabras, aunque tampoco es necesario aprendérselas todas para poder tener una conversación con fluidez.
El Esperanto se las apaña con unos pocos cientos de raíces pero eso sí, todo un conjunto de afijos que se combinan de una forma lógica, muy precisa y sin ninguna excepción. Está demostrado que el 95% de una conversación en esperanto usa unas 500 raíces sólamente.

http://enricbaltasar.com/vocabulario-500-palabras-basicas-esperanto/

El esperanto es como es porque su creador, Zamenhof, ya participó en un experimento parecido y aprendió de los errores. Un alemán llamado Schleyer dijo haber recibido un mensaje de Dios para crear un idioma internacional. Schleyer creó el Volapük con esa intención, pero siguió una estrategia totalmente distinta a la que seguiría luego Zamenhof, que participó en el movimiento Volapük.
Schleyer debió creer que para que la lengua internacional tuviera éxito, debía ser "superior" a las demás lenguas que existían, y entonces todo el mundo se dedicaría a aprenderla. Esa superioridad debía basarse en poder expresar más cosas, y con más matices, que ninguna otra lengua. Matices de lo más complejos y sutiles. Ahora bien, para lograr esto, Schleyer creó una lengua demasiado compleja y difícil. Por ejemplo, un verbo podía tener 505 440 formas diferentes en volapük, pero la mayor parte de los volapükistas decían que esta pretendida riqueza del volapük era en realidad un defecto y que llevaría a este idioma a la ruína. Por otra parte Schleyer consideraba que como él era el creador del volapük, este idioma le pertenecía, y se negó a corregir el problema.

Zamenhof tuvo claro que si una lengua internacional tenía que ser superior en algo, tenía que serlo en su simplicidad, y eso es lo que aprendió y buscó al crear el Esperanto. Por otra parte, "renunció" a la propiedad de su idioma, a favor de la comunidad de esperantistas que podría hacer cambios en el futuro.

Como creyente que soy, creo posible que Dios le hablara a Schleyer, pero fué más sutil de lo que él pensaba. Schleyer debía hacer el 1er experimento, para que Zamenhof no partiera sin ninguna experiencia a la hora de crear el Esperanto, idioma que confío acabará por ser ese idioma universal que Dios habría deseado.

Antonio Bedmar Fernández dijo...

Perdón por la errata: en 1999 habían entre 20000 y 100000 personas que hablaran muy bien el esperanto. Hoy día no sé, pero la generalización de internet ha debido dejar anticuado la estimación