07 noviembre 2020

Amanita muscaria

Algunas especies del género Amanita soportan la leyenda negra de una familia de hongos supuestamente mortales de necesidad en la que, como suele ocurrir en la vida, hay de todo: desde la Amanita rubescens que, hervida, pierde su toxicidad y constituye un boccato di cardinale, hasta la Amanita citrina, que ni mata ni engorda, pero sabe a rayos.

Una seta de cuento, pero muy peligrosa
La estrella de la familia es la Amanita muscaria, de color rojo intenso con manchas blancas, hongo que preside todos los cuentos de hadas y de gnomos, y cuyos efectos psicodélicos resultaban imprescindibles en toda suerte de aquelarres, donde se dice que oficiaba de eficaz combustible para que las brujas volaran en sus escobas.

El adjetivo específico, muscaria, proviene del latín musca, mosca, y hace referencia a la interacción del hongo con los insectos. Cortado en pequeños trozos sumergidos en leche, constituye un eficacísimo matamoscas. En el establo de las vacas del caserío de mi abuelo se utilizaba con esa finalidad.

Está relacionado con la historia de muchos pueblos, y tiene una larga reputación como hongo usado en los rituales chamanísticos para provocar alucinaciones [1].

En el noreste de Siberia emplean la Amanita muscaria desde el 2000 a.C. para embriagarse. También en el continente americano Estados Unidos, Canadá, México y Guatemala— existen referencias de su uso para rituales mágicos [2], asociada a veces con fuerzas sobrenaturales que controlan el tiempo. En el Rig Veda, un antiguo texto sagrado hindú, datado hacia el 500 a.C., se la identifica con una sustancia ritual llamada “soma”.

Tras cargar "combustible", Papá Noel
con sus renos en pleno vuelo

Una leyenda nórdica relaciona los colores rojo y blanco del traje de faena de Papá Noel con los colores de la seta, reproducidos en el vestuario del chamán, que se dice vestía telas rojas y blancas para resaltar la importancia de los hongos durante la cosecha [3].

La idea de un reno volador suena bastante inverosímil. No obstante, es como se cree que viaja Santa Claus, y puede que no sea tan absurdo como parece. Los renos son nativos de las tierras frías de Finlandia y se ha documentado que buscan activamente, bajo la nieve, hongos de Amanita muscaria por sus propiedades psicodélicas. Donald Pfister, un biólogo de la Universidad de Harvard, dice que es razonable que, si tanto el chamán como sus renos estaban colocados, Papá Noel, la versión moderna del chamán, podía haber alucinado con que los renos volaban, sobre todo si los renos también habían comido setas y se comportaban de manera extraña.

Uno de los que salieron
Un amigo me contaba que un conocido suyo que se emborrachó con este hongo, pasó una noche entera viendo salir de debajo de su cama soldados japoneses con la bayoneta calada.

Funciona también como suero de la verdad. En este sentido, las únicas consecuencias fatales que se le conocen son las de una viuda francesa que, embriagada con Amanita muscaria, tuvo la veleidad de contar cómo había envenenado a su marido, lo que la llevó a la guillotina.

Con el tiempo, el empleo de esta seta se perdió. Los antropólogos lo atribuyen a los grandes cambios sociales y culturales, como la llegada del cristianismo que, desde siempre, ha combatido el empleo de sustancias psicotrópicas asociadas a rituales paganos.

Nada de bromas con la Amanita muscaria.



[1] Aumenta la confianza en uno mismo y produce una sensación de omnipotencia. Al desvanecerse sus efectos, aparecen síntomas agudos de resaca, dolor de cabeza, mareos...
[2] En la lengua maya-quechua de los indígenas guatemaltecos, la Amanita muscaria se llamaba Kakulya, nombre prehispánico del dios de las tormentas. Los mayas de lengua quetzal de México la llamaron yuy chauk, “seta de los relámpagos”. 
[3] En otoño en el hemisferio Norte, bajo abedules y, ocasionalmente, bajo pinos y otros árboles.

Fuentes: Biopedia, El Icriso, El País, La Plazuela, Zamnesia y el libro Los hongos y las setas, Derek Reid, Ed. Fontalva, 1981.

Imágenes: El Correo, Alamy Stock Photo y Der Zweite Weltkrieg.


5 comentarios:

Ramon Tejeiro dijo...




Muy interesante, amigo Félix...y atractiva la imagen de los renos colocados :-)
Sin embargo, yo siempre me he interesado más por la amanita cesárea, que está deliciosa incluso cruda, en ensalada.
Un abrazo

FG dijo...

Efectivamente, Ramón, la amanita cesárea está considerada la reina de la setas comestibles. El problema aquí es que necesita mucho calor para su crecimiento y desaparece a medida que avanza el otoño y el tiempo empeora. La que crece bajo los castaños me parece la mejor.

Anónimo dijo...

Muy entretenida y muy bien hilada la entrada de hoy. Los hongos son un ser vivo muy interesante...

Anónimo dijo...

La historia de Santa y Claus y sus renos es muy buena, y explica muchas cosas :)

Lourdes Ortega dijo...

Interesante y curioso todo lo que has contado de dicho hongo. Es muy llamativa y bonita de forma de esta seta. Algo sabía ya de ella, pero que posiblemente guarde relación con Papa Noel y sus acompañantes los renos, no lo sabía.
Misterios de la vida....
Un abrazo.