06 abril 2019

El peligro de los ácaros

No podríamos dormir tranquilos si tuviéramos conciencia de que nuestro colchón es el hogar de casi dos millones de ácaros microscópicos, que salen a altas horas de la noche a cenar de nuestras grasas sebáceas y a darse un banquete con los crujientes copos de piel que desprendemos al movernos en sueños.

Solo en nuestra almohada puede haber unos 40.000 bichitos de esos, digamos que unos pocos menos que los imbéciles con los que nos cruzamos en nuestra azarosa existencia. Para los primeros, nuestra cabeza no es más que un enorme bombón aceitoso. Para los segundos, la materia prima sobre la que practicar su estulticia.

Cambiar la funda de la almohada no modifica las cosas. Para alguien de la escala de los ácaros, el tejido de la tela más tupida está tan ralo como la jarcia de un bergantín. De hecho, si la almohada tiene unos años, una décima parte de su peso estará compuesta de piel desprendida, ácaros vivos, ácaros muertos y excrementos de ácaros. El consuelo es que son nuestros ácaros. Sin embargo, más vale no pensar encima de qué nos acostamos cuando nos metemos en la cama de un hotel.

Estos bichitos llevan con nosotros desde tiempo inmemorial y, en la mayoría de los casos, son inofensivos e inocuos para nuestra salud. Sin embargo, un grupo de científicos asegura que, a veces, un taxón puede activarse, alcanzar el cerebro y acabar con nuestras neuronas.

Como en el caso reciente del presidente de México, un tal Andrés Manuel López Obrador, nieto de españoles, por cierto. Se especula con que podría tratarse de una imbecilidad entrópica que ha degenerado, con la intervención de los ácaros, en un encefalograma absolutamente plano en el cerebro del personaje.

Aun desde este lamentable escenario, resulta difícil justificar las cartas que López zocato, populista y bolivariano— ha enviado al rey de España y al mismísimo Papa, exigiendo que ambos se disculpen por la Conquista de México, hecho ocurrido entre 1519 y 1521, y del que este año se conmemora el V Centenario: “Envié una carta ya al Rey de España y al Papa para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos”. Lo ha difundido a través de un vídeo grabado en la zona arqueológica de Comalcalco, ciudad maya abandonada en el año 900 d.C. y que, por lo tanto, ya estaba deshabitada a la llegada de la expedición dirigida por Hernán Cortes. Lo malo es que la afección parece contagiosa, considerando que su esposa y supuesta primera dama, Beatriz Gutiérrez Müller, posa con él y justifica, encomia y pondera el contenido y destinatarios de las cartas.

Las reacciones han sido contundentes, deplorando que un hombre relativamente joven haya sido atacado por lo que algunos llaman ya “ácaros homicidas”. Parece probado que cada vez que un tarado de estos tiene problemas internos o quiere aparecer como un gran político, recurre a estas estratagemas, olvidando los asesinatos en su país, la masacre en la Plaza de las Tres Culturas, la droga, el paro, el hambre, el analfabetismo, la prostitución, los asaltos a turistas, los capos, la corrupción entre su policía y gobierno… incluso el muro y el robo de California por los gringos, cuya devolución bien podría reclamarles.

El ex presidente Fox le llama mandilón [*], y mi admirado Pérez Reverte sostiene que “si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza”.

O ambas cosas a la vez, añado.


IMÁGENES: Arriba, representación de un sacrificio humano en un códice prehispánico, a cuya salvaje práctica pusieron fin los colonizadores españoles. Dicen las crónicas que, "tras arrancarles el corazón, tiraban rodando sus cuerpos por las empinadas escaleras de las pirámides y abajo eran descuartizados y repartidos a las amas de casa que esperaban con cestas su ración de carne fresca."  En otras palabras, pura antropofagia. Abajo, el presidente mexicano decidido a reimplantar en su país los sacrificios humanos con cuchillo de obsidiana, para deshacerse de sus enemigos. (Viñeta de J.M. Nieto en ABC)

[*] Mandilón: Hombre sumiso a su pareja, o más raramente a otro miembro femenino de su familia. Ámbito: México; Uso: coloquial, despectivo; Sinónimos: calzonazos. (Wikcionario)

Fuentes: Diario ABC de Madrid, WikipediaWikcionario 
y el libro “Una breve historia de casi todo”, de Bill Bryson, RBA Bolsillo, 2016.

2 comentarios:

Darío dijo...

Hola.
Excelente lectura. Disfruté El peligro de los ácaros, Futuro poco esperanzador y mujeres. Saludos y gracias por tu constancia.
Darío Castillo. Guatemala

José Ignacio Fito dijo...

Malditos ácaros querido Félix, en lo sucesivo será imposible no recordarte cuando vaya a acostarme en cualquier hotel, un abrazo.